Tras revisar y analizar los constructos teóricos y las diferentes perspectivas de nuestros entrevistados referentes al tema de la heteronormatividad como “problema social” en Chile, cabe preguntarse si es que este problema social tiene una solución o disolución aparentemente definitiva o si, por otro lado, estamos constreñidos por las diferentes coacciones de las normas establecidas por los siglos y siglos de dominación de la ideología del patriarcado y sus distintas vertientes culturales.

Como sociedad claramente podríamos tratar la solución de dicho “problema social” desde una perspectiva evidentemente psicologizante en la cual podríamos construir una visión de la sexualidad en la cual sólo la heterosexualidad tendrá una validez normativa y legal, mientras excluimos a las distintas manifestaciones de la sexualidad al campo de lo patológico e intentamos buscar una “cura” para su enfermedad.
¿Pero es “correcto” desde un punto de vista teórico llevar a acabo esta patologización de  las distintas opciones individuales de cada sujeto? ¿ Será una buena medida  para solucionar o disolver psicologizar e individualizar un conflicto que tras los análisis anteriormente realizados es de evidente connotación social?

Por otro lado y en una argumentación opuesta a la anterior, podríamos tratar el tema de la heteronormatividad como un problema claramente de índole social, en el cual la base de la solución o disolución de dicho problema pasaría por proponer una transformación o reestructuración del amplio mundo de las relaciones sociales en Chile, a través de diversos mecanismo que le permitan a la población “popular” en general reflexionar y analizar desde un punto de vista crítico el tema de la sexualidad y sus diversas vertientes, alejándose de la visión dominante y conservadora del patriarcado. Dichos mecanismos permitirán dar paso a una amplia y profunda transformación que procederá desde abajo, desde los campos populares hacia arriba, hacia la transformación de leyes, normas e instituciones para así poner en el escenario público y político las realidades de las personas LGTB.
¿Se podría catalogar como viable un mecanismo de solución que va exclusivamente desde abajo hacia arriba, olvidando la real importancia del apoyo de instituciones como el estado? ¿Será del todo práctico dejar de lado el poder generativo y muchas veces resolutivos que posee el estado y otras instituciones de carácter público en la sociedad?

Pero tras el análisis teórico que hemos realizado como grupo y siguiendo algunas ideas de nuestro entrevistado Yori Aguirre, podemos establecer que uno de los primeros pasos a seguir para solucionar el “problema social” de la heteronormatividad, es el hecho de ser capaces como sociedad de llevar el conflicto de la sexualidad y distintas vertientes al campo del debate público, en el cual podamos destruir y reconstruir dentro de un diálogo informado y consensuado las distintas normas sociales que coaccionan y restringen nuestra sexualidad para de esta forma consensuar nuestras propias normas en lo que respecta a la sexualidad y dejar de lado todos aquellos constructos sociales que distan del consenso social anteriormente mencionado y estarían más cercanos a una visión conservadora de la sociedad impuesta por las ideologías del patriarcado para así justificar su hegemonía. Resulta aquí de vital importancia recurrir a la noción de Butler (2001) que combinado con la presencia del diálogo anteriormente nombrado buscaría desestabilizar las normas sociales impuestas por el patriarcado y que coaccionan a las instituciones públicas para así ser capaces de pasar al segundo paso para solucionar este problema, que se llevará a cabo tras ser capaces de reformar las normas y visiones heteronormativisantes que residen en las instituciones públicas para así usar estas mismas como instrumentos de los cambios sociales anteriormente planteado y que con el apoyo de estas instituciones y su poder declarativo y generativo ser capaces de generar actos de reconocimiento a la comunidad LGTB y construir junto con ellos y la sociedad políticas públicas que causen un verdadero impacto en la sociedad, tanto en un nivel educativo, legislativo o económico que garanticen a la comunidad LGTB que no volverán a ser asesinados, discriminados y coaccionados  por motivos de su orientación sexual.